Para nuestro ejercicio de hoy he traído la canción "Digital silence", del cantante y compositor estadounidense Peter McPoland. Esta obra, producida en agosto del presente año para el albúm "Piggy", nos ayudará a problematizar el impacto de la tecnología de la era digital en nuestras vidas.
Antes de continuar con este viaje, veamos el videoclip oficial de la canción.
Lo primero que tenemos que rescatar de este video, es la gran cantidad de secuencias que lo componen. En primera instancia tenemos una escena que nos sitúa, a través de la línea de encuadre de la cámara, en la entrada de una gran habitación. Los colores que predominan en la secuencia, son una gama de oscuros y blancos opácos que, a lo largo de todo el video, van a ir construyendo una atmósfera de tensión e incertidumbre. Justo después de esta instalación espacial, nos percatamos de la presencia de una figura masculina, vestida completamente de negro, que ingresa a la habitación anteriormente mencionada. Una vez dentro, el sujeto se acerca hacia una computadora que reposa en el fondo del lugar. Segundos más tarde, cuando vemos que este está un poco nervioso o desorientado, la secuencia se ve intervenida rápidamente por una transición de corte que introduce una nueva en la cual está el mismísimo Peter McPoland. A partir de ese momento, las secuencias siguientes, en las cuales van a aparecer una gran cantidad de personajes, se van desarrollar de forma paralela con la secuencia y la situación inicial. Esa imbricación constante, que va desarrollando un ambiente desordenado a través de los juegos con la cadencia y el enfoque de la cámara, se agudiza en el momento en el que nos damos cuenta que el sujeto incial es también Peter Mcpoland. La prevalencia de la cámara rápida en la alternación de las secuencias paralelas, va a permanecer hasta que Peter y los demás se encuentren completamente conectados a la computadora. Finalmente, luego de esa conexión catártica, el video termina con la expresión convaleciente y agotada de todos los personajes en cuestión.
La primera lectura que surge con base en la anterior información, es que la canción parece ser una crítica al impacto negativo que ha tenido la tecnología de la era digital en nuestras vidas. Ahora bien, para sustentar ello, es mejor ir directamente a la letra, que es donde reposa el alma de la obra. Para hacer esta búsqueda de sentido, tendremos en cuenta ideas y conceptos del sociólogo francés Jean Baudrillard.
1. Hiperrealismo en serie
Uno de los aspectos más llamativos de la letra de la canción, es el tratamiento que hace de las emociones humanas en relación con las tecnologías de la era digital. Cuando la canción nos dice (“Digital hate”, “Digital pain”), asistimos al modo en que, en la interacción con lo digital y lo tecnológico, gestionamos nuestros sentimientos más profundos. A propósito de esto, Baudrillard sugiere que hemos llegado a tal punto que nos hemos entregado por completo a los medios digitales. Que su influjo ha sido tanto, que son ellos los que se encargan de nuestra sensibilidad vital. A través de la hiperrealidad en serie que domina las pantallas a las cuales estamos interconectados, la superficialidad va ganando terreno hasta sintetizarnos por completo. En ese contexto, asegura el autor, lo humano se reduce, cuando no se borra o distorsiona, y aquél mundo emocional se borra o se replantea en una simulación. Esa reconstrucción del mundo emocional medisnte una simulación, lo podemos ver representado cuando la canción nos dice (“Digital boy meets digital girl”).
Otro aspecto interesante en la letra, es el uso repetido de la palabra “digital” antes de cada sustantivo. Esta repetición constante, que habita en todas las líneas de la letra, podría interpretarse como una reflexión sobre la forma en la que la tecnología ha reemplazado o modificado nuestras experiencias humanas tradicionales. Por ejemplo, cuando la canción dice (“Digital silence”) y vemos que en el video están los personajes interactuando, pero de forma vacía, lo que sucede es que hay un énfasis, a través de la repetición, que se sitúa sobre la falta de comunicación auténtica en un mundo dominado por las redes sociales y los mensajes de texto. Tema profundamente explorado por Baudrillard, en textos como "La impotencia de lo virtual" y "Pantalla total".
Finalmente, un tercer elemento que causa particular interés, es la forma en la que la canción parece instaurar o sugerir un ciclo de vida digital. Cuando la canción nos dice (“Digital start”, “Digital end”, “Digital birth”, “Digital death”), tenemos de frente una metáfora de cómo nuestras vidas se han vuelto cada vez más digitales, desde el nacimiento hasta la muerte. Metáfora que sin duda nos pone a pensar no solo en las modificaciones psicosociales que atraviesan el cómo nos relacionamos con nuestro entorno y con nosotros mismos, sino también aquellas modificaciones biológicas y corporales que tanto ha problematizado Baudrillard. ¿Hasta qué punto, biológica, genética, morfológica y anatómicamente hablando, pueden afectarnos las tecnologías de esta era hiperdigitalizada? Esa es la pregunta que debemos hacernos, y la invitación que, creo, nos hace Mcpoland.
A modo de síntesis, esta es una canción que solicita un exámen profundo de la forma en cómo estamos usando las herramientas digitales de nuestra era. Una canción que pone ante nosotros una dualidad tecnológica (“Digital heaven”, “Digital hell”), para que pensemos en que así como la tecnología puede traer muchos beneficios, también puede traer consecuencias negativas y daños irreparables.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
Baudrillard,
J. (2000). Pantalla total. Anagrama. Colección Argumentos. ISBN,
978-84-339-0593-2.
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